No ha comenzado del
todo mal la Liga Vasca para el CW Castellae. Los nuestros recibieron al Getxo
Igeriketa Taldea, en un partido de gran intensidad que acabó de decidirse
prácticamente en el último minuto.
Empezó con mucha
fuerza el equipo visitante, que presionaba con fiereza y no dejaba que los
hombres de Pablo Domingo finalizaran con eficacia los contraataques. A pesar de
ello, el Castellae no mostró signos de debilidad y consiguió finalizar un
primer parcial de
2-3, que dejaba un
partido totalmente abierto.
Parecía que el partido
se ponía cuesta arriba al comienzo del segundo cuarto, tras dos goles
consecutivos del tirador más potente del Getxo. De nuevo, los nuestros supieron
estar a la altura y reaccionaron a tiempo, consiguiendo un parcial empatado y
un marcador de 5-6.
En el tercer cuarto la
diferencia se agrandó. No fueron capaces los visitantes de aprovechar su tiro
de penalti, que consiguió parar a dos manos Manuel Suárez. Sin embargo, tampoco
pudo hacer lo propio el Castellae, fallando Gustavo Corrales poco después otro
penalti a nuestro favor. A pesar de los dos tantos de Kiril Kirilov, que dieron
esperanzas de nuevo a los nuestros, el Getxo consiguió finalizar el cuarto
dejando un marcador de 7-9.
Fue en el último
cuarto donde demostró el Castellae que con determinación y buenas estrategias,
todo partido puede ganarse. Los nuestros salieron a morder desde el primer
minuto, conscientes de que aún eran perfectamente capaces de llevarse el
encuentro. De nuevo, un gol de Kiril Kirilov reducía la diferencia, aunque el
Getxo reaccionó, dejando un marcador de 8-10. El Castellae sentía que la
remontada era posible y dos goles de Kiril Iordanov hicieron que esta pareciera
estar cada vez más cerca. Los dos últimos minutos fueron una sucesión de
ocasiones para ambos equipos, que buscaban desesperados el gol de la victoria.
Un último ataque del Castellae a falta de 20 segundos estuvo a punto de acabar
en gol, pero los vizcaínos no dejaron que el balón acabara dentro de su
portería.
Al final, reparto de
puntos en Capiscol y un sabor ciertamente agridulce para los nuestros, que
sintieron que podían haberse llevado el partido.
Victor Nuñez.
Victor Nuñez.
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